sábado, 11 de abril de 2015

Humitas y buenos vinos riojanos

Por Carlos Paredes, Escritor y sommelier.

Al igual que ocurre con otras comidas típicas, criollas, pero de fuerte raigambre precolombina (tanto en sus ingredientes como en su preparación) la Humita es un plato sumamente sencillo. Trabajoso y de larga cocción, pero a no asustarse, porque es simple. Para comenzar es conveniente tener ya listo el choclo y el zapallo, bien rallado y reservado. En una olla arrancás rehogando cebolla y morrón en aceite o grasa. Se le incorpora sal a gusto, un tantito de ají triturado y bastante pimentón, esto le va a dar mucho sabor y color, aunque también hay quienes optan por añadir un poco de puré de tomate. Y ahora sí, una vez lista la salsa, se suma el choclo y el zapallo. 

Acá nos detenemos un momento, cual formación básica en una carrera de grado para elegir una especialidad. Si nuestra intención es Humita en chala, apagamos el fuego, integramos bien todos los ingredientes y reservamos. Si la opción era Humita a la olla seguimos con el fuego, revolviendo y agregando caldo (o agua) hasta que el choclo se tiernice y la preparación se espese como si fuera una polenta.
                
  




 Para la humita en chala tenemos que preparar los paquetitos con la misma chala, sumarle algunos dados de queso criollo, atar firmemente con hilo y ponerlos en una olla grande con abundante agua hirviendo. El choclo y el zapallo tendrán su cocción en ese medio líquido por lo que deberemos esperar alrededor de 30 minutos. O algo más fácil, para no esclavizarnos con el reloj, hasta que las chalas que originalmente son verdes lleguen a ponerse bien amarillas.


Listo, ¿y ahora… con qué lo acompañamos? Esto es muy libre, en mi caso me inclino por dos opciones. Un maridaje netamente regional sería combinarlo con un Torrontés Riojano en la mesa. La humita es un plato muy singular que en aroma y sabor no se parece a otras comidas. Con el Torrontés ocurre lo mismo, un vino único e inconfundible con suficiente personalidad como para acompañar ese manjar autóctono. Tanto el zapallo como el choclo tienen un pronunciado dulzor que se ve equilibrado con la sal y el picor del ají… ese dulzor de la materia prima se asocia muy bien con la exuberancia de frutas que ofrece nuestro vino blanco que, a su vez está perfectamente equilibrada con su refrescante acidez. En fin, pruébelo, es mi maridaje preferido.



Para los insobornables amantes del tinto,  les recomiendo acompañar las humitas con un Bonarda, es una de las cepas más plantadas en la provincia que da vinos con buena fruta, de cuerpo medio y una nota muy particular que nos recuerda a tierra mojada. Una delicia.






Si me apuran para una tercera opción, antes que otro tinto prefiero un rosado. Más entrados en el invierno podremos proponer un vino más estructurado. ¡Salú!

INGREDIENTES

12 Choclos
2 Cebollas grandes
1 Morrón
¼ Zapallo coriano
Grasa / Pimentón /Ají molido / Sal / Chalas  / Hilo

Queso (opcional)


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